La pandemia global causada por la COVID-19 es algo que ha aparecido como un nuevo y muy desafiante reto para toda la sociedad. Ningún país estaba preparado para una enfermedad de tales magnitudes, lo que ha provocado que todo el planeta se haya paralizado durante meses.
Actualmente parece que estamos evolucionando hacia una nueva normalidad, aunque los rebrotes nos hacen ser cautos y estar atentos por si se produce una nueva oleada.
La libertad que nos ha traido esta «nueva normalidad», o como quieran llamarla, también ha generado nuevas necesidades, como la de utilizar mascarilla, gel hidroalcohólico, e incluso guantes de plástico en muchos recintos comerciales. Estos materiales sanitarios son la mejor manera de prevenir los contagios, pero… ¿sabemos qué sucede con todo este material una vez que es deshechado?
El problema de los residuos sanitarios
Y es que no son pocas las noticias en las que hemos observado cómo gran cantidad de mascarillas y guantes terminaban en el fondo oceánico. Esto no es algo novedoso, ya sabíamos que muchos residuos acaban en el océano debido a las malas gestiones, pero la situación actual nos ejemplifica claramente este problema. Podemos deducir que hay un grave problema de gestión de los mismos, donde no somos capaces de tratarlos de la forma adecuada.
¿Y qué podemos hacer nosotros para evitarlo? Pues como con todos los materiales, optar por las opciones más reutilizables. En vez de utilizar mascarillas quirúrgicas que se desechan en pocas horas, optar por mascarillas de tela lavables, que tienen varios usos. Tratar de no utilizar los guantes de plástico en los lugares comerciales, ya que se ha demostrado que no suponen una protección eficaz contra el virus, incluso pueden suponer un riesgo por la acumulación en los mismos. Y una vez que agotamos la vida útil de estos productos, desecharlos en el contenedor de restos. Lamentablemente estos productos no son reciclables y se deben tirar a este contenedor, pero es importante desecharlos en el contenedor destinado a los mismos, para que sean tratados de la manera más adecuada.
No es tan difícil comportarnos de una manera responsable, y con ello no sólo estamos ayudando al océano, sino que reducimos la contaminación en todo tipo de ecosistemas. Seamos ejemplares tanto en la prevención contra el virus como en la protección de nuestro entorno.
«Mantén tus creencias a flote»
